Las abejas son insectos fascinantes que generalmente viven en comunidad. Pero, ¿y si te dijera que existen abejas que prefieren vivir en solitario? Acompáñame en este artículo donde te contaré los tipos que existen, y la importancia que tienen en nuestros ecosistemas. ¡Empecemos!
¿Porqué se las llama así?
Pues porque a diferencia de las sociales que viven en colonias, las abejas solitarias llevan una vida independiente. Esto no quiere decir que vivan solas realmente, se refiere a que no tienen una jerarquía social establecida. Por lo tanto cada una es responsable de buscar su propio alimento (principalmente polen y néctar) y de construir su propio nido donde pondrán los huevos.
Existen diferentes tipos dependiendo del lugar donde hacen su nido. A continuación, destacaremos algunos de los más comunes:
Estos son los tipos de abejas solitarias que existen
- Abejas carpinteras: Pertenecen a la familia Xylocopa y se caracterizan por su capacidad para excavar galerías en la madera. Son conocidas por su tamaño grande y su habilidad para realizar agujeros perfectamente redondos en estructuras de madera, como postes o muebles. Estas abejas suelen ser de color oscuro y presentan un plumaje brillante.
- Abeja albañil: También conocidas pertenecen a la subfamilia Megachiley construyen sus nidos en grietas o agujeros previamente existentes. Utilizan diversos materiales para construir celdas individuales dentro de sus nidos, como barro o trozos de hojas. Son excelentes polinizadoras y suelen ser de tamaño mediano.
- Abejas mineras: Del género Andrena, son abejas solitarias que excavan túneles en el suelo para construir sus nidos. Tienen una apariencia similar a las abejas melíferas, pero son más pequeñas. Realizan una importante labor de polinización y pueden llegar a ser muy abundantes en ciertas áreas geográficas.
¿Cual es la diferencia entre las abejas usadas en apicultura y las abejas solitarias?
Sin lugar a dudas, es que de manera general, la gran mayoría de abejas solitarias no producen miel, aunque se alimentan de néctar y polen. A pesar de que no fabrican el dulce manjar amarillo, sí que son muy importantes en términos de polinización.
Otro rasgo diferencial es su comportamiento «oligoléctico». Esto significa que se especializan en recolectar polen de una o unas pocas especies de plantas específicas. Por lo tanto, cada especie de abeja solitaria tiene una estrecha relación de dependencia con ciertas plantas, necesarias para su supervivencia y reproducción.
Al no producir miel, las abejas solitarias también tienen una mayor capacidad para polinizar bajo condiciones climáticas adversas. A menudo son más resistentes al frío, la lluvia y cambios bruscos de temperatura, lo que les permite seguir polinizando incluso cuando otras abejas están inactivas.

Poco conocidas y muy importantes en el ecosistema
Aunque a menudo se presta más atención a las productoras de miel, las abejas solitarias también desempeñan un papel crucial en la polinización de plantas. Al recoger néctar y polen durante todo el año, favorecen la polinización de plantas que florecen en otoño e invierno. Además ocupan partes de territorio donde las abejas sociales no son capaces de llegar.
Pero eso no es todo. Hay un secreto más que te voy a contar. Si ves abejas solitarias campando libremente, esto quiere decir que el lugar donde te encuentras es un ecosistema saludable. Sí, se usan como bioindicadores, y su presencia o ausencia nos ayuda a entender el estado (en términos ambientales) de los distintos lugares.
Muchas especies de abejas solitarias se encuentran en peligro
Pues no es algo que digo yo, sino que lo dice el estudio realizado por la UICN que incluye en su lista roja de especies amenazadas a muchas abejas solitarias. ¿Los motivos por los que se ha llegado a esta situación? Son los siguientes:
- Pérdida de hábitat: Cuando transformamos grandes extensiones de tierra para hacer edificios, carreteras o cultivos, estas pequeñas amigas pierden los lugares donde solían vivir y buscar comida.
- Pesticidas: Son tóxicos que se encuentran en el néctar y el polen que sirven de alimento.
- Cambio climático: Los cambios bruscos de temeperatura y fenómenos extremos están alterando su ciclo vital
- Enfermedades y parásitos: Las condiciones cambiantes son prefectas para la proliferación plagas, enfermedades, parásitos…
Y…¿No podemos hacer nada para ayudarlas?
No es que podamos, sino que debemos hacer algo, ya que estos animales a pesar de su pequeño tamaño tienen una gran importancia, y su desaparición traería consecuencias catástroficas. Algunas de las medidas que se pueden realizar son:
1. Crear hábitats adecuados: Proporcionar suficientes recursos, como flores nativas y diversidad de plantas, para que las abejas solitarias encuentren alimento durante todo el año. También es importante ofrecerles refugios naturales, como troncos o tallos huecos, para que construyan sus nidos.
2. Evitar el uso de pesticidas tóxicos: Optar por métodos de control de plagas más naturales y evitar el uso de productos químicos dañinos.
3. Promover la agricultura ecológica: Se basa en prácticas productivas amigables con el medioambiente. Al apoyar y consumir productos orgánicos, contribuimos a la conservación de las abejas solitarias y otros insectos beneficiosos para los cultivos.
4. Fomentar la diversidad de plantas: Plantar una amplia gama de flores nativas y cultivar diferentes tipos de cultivos puede atraer a diferentes especies de polinizadores.
5. Educación y concienciación: Es vital educar a agricultores, jardineros y comunidades sobre la importancia de las abejas solitarias y cómo pueden contribuir a su conservación.
En resumen, las abejas solitarias son aquellas que no tienen una estructura social establecida, y que viven en colmenas independientes. Además se encuentran en aprietos por un montón de razones. Y aunque son pequeñitas, su impacto en la naturaleza es grandísimo. ¡Debemos cuidarlas!
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