La abeja italiana, como su propio nombre indica, es una raza con origen en la península Itálica, y que actualmente se ha convertido en una de las más apreciadas en la apicultura. ¿Quieres saber porqué? Te lo cuento todo en el siguiente artículo.
Una abeja doméstica con origen italiano
Primero, vamos con lo técnico: su nombre científico es Apis mellifera ligustica. Un poco largo, ¿verdad? Pero cada palabra tiene su significado. «Apis mellifera» es el nombre que se da a la especie de abeja de la miel, y «ligustica» proviene de “Liguria”, una región en Italia, dando pistas sobre su origen. En términos sencillos, estamos hablando de una abeja con raíces italianas. ¡Mamma mia!
En cuanto al aspecto físico, la abeja italiana se caracteriza por su color amarillo dorado y bandas negras en su abdomen. Su tamaño es medio, siendo ligeramente más grande que otras razas de abejas.
![Abeja Italiana](https://apis-mundi.com/wp-content/uploads/2023/08/Abeja-Italiana.webp)
Estas son las áreas geográficas donde se distribuyen las abejas italianas
Si bien la abeja italiana tiene raíces mediterráneas, se ha distribuido por todo el mundo gracias a la apicultura. Desde Europa hasta América, pasando por Asia y África, es apreciada por su docilidad y productividad. Sin embargo, sus principales poblaciones siguen concentradas en la región mediterránea, donde el clima y la flora son ideales para ellas.
Su conducta es ideal para los apicultores
Como ya hemos mencionado anteriormente, están muy extendidas porque se usan en la apicultura. Ya te habrás imaginado, que esto se debe a que tienen algunas carcaterísticas positivas que hacen que los apicultores las prefieran frente a otras especies. Estos aspectos beneficiosos son los siguientes:
- Alta tasa de reproducción: Esto significa que pueden aumentar rápidamente la población de la colmena, algo esencial para recolectar más néctar y, por lo tanto, producir más miel.
- Mantienen la colmena siempre limpia: Este comportamiento se refiere a la capacidad de las abejas de eliminar desechos, ácaros y otras impurezas, haciendo a la colmena menos propensa a enfermedades y plagas.
- Propolización baja: La propolis es una sustancia pegajosa que las abejas producen para sellar grietas y orificios en la colmena. Esta sustancia en exceso dificulta la tarea de los apicultores para manejar y abrir la colmena.
- Alta eficiencia en la recolección: Las abejas italianas son conocidas por ser buenas recolectoras de néctar y polen, algo esencial para la producción de miel y para mantener una colmena saludable.
- Contruccion de panales sólidos y organizados: Un panal bien construido es esencial para el almacenamiento de miel, polen y para la cría de nuevas abejas.
- Bajo nivel de enjambrazón: Aunque es un comportamiento natural, un alto nivel de enjambrazón puede ser problemático para los apicultores, ya que reduce la población de la colmena original.
A pesar de tener muchos aspectos beneficiosos, también tienen algunos negativos de entre los que destacamos dos:
- Propensión al pillaje: Si no se manejan correctamente, pueden intentar robar miel de otras colmenas.
- Consumo de reservas: En invierno, suelen consumir más reservas, lo que puede requerir una mayor atención del apicultor.
No solo son beneficiosas para los humanos
Quizás ya hayas oído hablar del importante papel que juegan en la naturaleza las abejas en la polinización. Pues bien, la abeja italiana al igual que el resto, es de vital importancia para la reproducción de muchas plantas. Su presencia en los ecosistemas ayuda a mantener la biodiversidad y a garantizar que tengamos frutas, verduras y otros cultivos cada año.
En resumen, la abeja italiana es una raza muy apreciada en la apicultura gracias a su alta productividad, docilidad y capacidad de adaptación. Por lo que si estás pensando en alguna especie de abeja para iniciar tu actividad de apicultor, es una opción a tener en cuenta.
Referencias
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